2:1–11. Ana no pertenecía al grupo de los que, volviéndose a Dios en tiempos de necesidad, olvidan después honrarlo y alabarlo. El segundo capítulo se inicia con un canto de alabanza, que es a su vez una plegaria de gratitud. Compuesta en el estilo tradicional de la poesía hebrea, cada uno de los pensamientos que contiene se presenta reforzado por otro que le es paralelo en cuanto al contenido, aunque sean distintas las palabras con que lo expresa. El tema de este cántico es la gloria de Jehová,
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